“Este mundo no va a cambiar a menos que estemos dispuestos a cambiar nosotros mismos” Rigoberta Menchú.

BIO

Me licencié en psicología y, aunque mi idea era dedicarme plenamente a la terapia, poco después me uní a una ONG de ámbito internacional, y asumí la coordinación de lo que debían convertirse en centros educativos de referencia en una de las áreas más deprimidas de Guatemala.Así inicié la aventura de conocer el mundo, y las diferentes realidades socioeconómicas y humanas que hay en él.

En poco tiempo me propusieron implementar el mismo sistema creado, en el resto de centros de la entidad, en varios países de América Latina y Asia. Eso me hizo entrar en otro nivel de visión, aprender mucho sobre gestión organizacional y desarrollar mis habilidades directivas.Instalé mi residencia en Lima y empecé a viajar constantemente entre los diferentes países, formando a los equipos en cada región.

Después de unos años de gran expansión, decidí regresar a España y empecé a trabajar en una entidad de Tercer Sector que gestionaba más de 30 proyectos entre Cataluña y Baleares, en los ámbitos de violencia de género, inserción sociolaboral, infancia y justicia. Lo que empezó siendo una sustitución de unos meses, acabó por convertirse en un trabajo de 5 años como subdirectora, con el objetivo de promover un cambio organizacional basado en la descentralización y la participación de todos los departamentos de la entidad. Mi objetivo era favorecer una visión y compromiso común entre la dirección y los más de 250 profesionales que trabajaban en ella, consiguiendo un mejor aprovechamiento del potencial humano y una gestión más eficiente de todas las áreas.

Una vez finalizado el proceso, dejé el cargo para unirme a la puesta en marcha de dos proyectos: uno en Alicante para la inserción sociolaboral de mujeres en riesgo de exclusión, que acabó con la creación de una Empresa Social, y otro para el desarrollo educativo y productivo de una comunidad en Maasai Mara, Kenya.

Con el paso del tiempo los proyectos iban creciendo, y la dedicación y esfuerzo que requerían empezó a pesar. Tantos años de entrega, para mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos, me habían mostrado claramente que era difícil resolver los desequilibrios a nivel humano y planetario que causaban estas situaciones y que, ante tanto despropósito, la salida era hacia adentro.

Empecé a reconectar con mi vocación original como terapeuta, y a aceptar algunos casos de terapia individual. Hice el proceso SAT, con la Fundación Claudio Naranjo, poniendo cada vez más énfasis en mi proceso de autoconocimiento, y finalmente decidí dejar los proyectos y enfocarme en la Terapia y la Consultoría, simplificando mi día a día, a la vez que, por primera vez en mi vida, daba prioridad a mi propio bienestar.

Desde entonces, me siento en un proceso de renovación constante. Gracias a los múltiples recursos que he adquirido durante mi formación y experiencia profesional, junto a las inestimables lecciones personales que la vida me ha brindado, en ocasiones muy difíciles de digerir, he ido integrando lo aprendido, poniéndolo al servicio de las personas que acompaño. Después de muchos años buscando la mejora a través de grandes proyectos, he llegado a la conclusión que la verdadera revolución nace de asumir y atender, con conciencia y responsabilidad, nuestra propia vida.
Si nos transformamos nosotros, transformamos el mundo.
Cristina Pérez Fortes · Psicóloga y Consultora
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